¿Les cuento algo? Soy un niño. No es que sufra de eso que la
psicología llama "Síndrome de Peter Pan", mi infancia eterna no es
una condición patológica sino conscientemente escogida. Un día decidí que lo
más bonito que hay en mí, lo esencial y verdaderamente importante, está conmigo
desde mis más tiernos años.
De niño era flaquito, ya no lo soy. Me gustaba vestir
formal, tanto que mi mamá me decía "señor chiquito". Ya no lo hago,
prefiero la comodidad. Antes hablaba con muchísima corrección, ahora digo
groserías al por mayor. Pero la verdad es que no he dejado de ser el mismo. Se
ha modificado el cascarón, pero la yema, el núcleo, sigue y seguirá siendo el
mismo.
Cuesta trabajo haber elegido ser un niño en este mundo. A
mis 10 años dije: "nunca voy a tomar alcohol, ni tabaco ni voy a usar
drogas". Pero caí en la tentación del alcohol, el cigarrillo y las drogas,
aunque me mantengo alejado de las drogas desde hace más de un año. Era el freak
que en las fiestas siempre andaba con mi botellita de trago, mi paquete de
cigarros y no falta el alucinógeno, algo que ha cambiado en los últimos años.
Cuesta trabajo mantener el corazón abierto a la ilusión, ya
ha estado a punto de rendirse ante la tentación de volverse adulto varias
veces. Soy un niño en el sentido de que me gusta enamorarme y entregarme con ojos
niños, pero tengo la madurez de ser congruente, de aprender de los errores, de
reconocer patrones y desterrarlos, de convertir el dolor en enseñanzas.
A veces me pregunto si alguien quiere lo que yo. A veces
odio haber nacido homosexual. No porque no acepte lo que soy, sino por el
entorno en el que uno casi sin opción se desenvuelve. Porque aunque algunos
digan buscar amor y cosas estables, finalmente sacan el cobre y prefieren otras
cosas, lo inmediato, lo barato. Y como siempre, lo barato sale caro. No hablo
por todos, pero es muy difícil encontrar gente congruente. De verdad hubiera
sido más sencillo encontrar a una mujer, cumplir mi sueño de casarme, tener
hijos, ser una familia, dedicarme a hacerlos felices.
Pero nací como soy y los de mi especie no buscan lo mismo
que yo. Entre parejas abiertas, tríos, infidelidades, rumba, drogas, poses, el
culto al cuerpo, la manía por ostentar, el delirio por vestir bien y la
necesidad de criticar y destrozar al otro, me siento excluido de mi propia
manada. A veces me pregunto si alguna
vez tuve manada, o si existe.
Hace unos años me rompieron el corazón. Él que me decía que
nunca me iba a engañar, que él "nunca había sido infiel", que no me
preocupara por eso; él que parecía tan diferente a los demás resultó igual. Lo
encontré entrando a redes sociales que por lo general son usadas para sexo
casual y mandándose fotos en Whatsapp con un tipo que contactó. Algunos dirán
"no era para tanto". Yo creo que la deslealtad es el verdadero
problema. Uno no toma acuerdos en pareja para después romperlos, sobre todo
cuando su pareja literalmente le daba todo, incluyendo libertades, siempre con
una sonrisa y ganas de hacerlo feliz.
A veces me pregunto si realmente existe ese otro para mí.
Ese que sólo quiera ver película los fines de semana conmigo, el que crea que
es más bonito salir a tom
ar una cerveza que salir a empeparse o fumar marihuana,
el que un día me diga que quiere pasar el resto de su vida conmigo. Pero he
decidido creer y yo sabía que no iba a ser fácil, sabía que sostener estas
creencias me convertiría en una especie de salmón que toda su vida nada contra
corriente.
Si estás leyendo esto es porque eres importante para mí y
que quiero que lo leas, por favor, pon atención a estas letras, amor de mi
vida: no soy un mal chico. Estoy tatuado y tengo perforaciones y ahora estoy
sin trabajo, pero eso no significa nada. Soy un niño crecido. Seré feliz si un
día me invitas al cine a ver una película cursi y me regalas una flor. Si
descubres mis secretos más oscuros y delicados lloraré a mares, pero será de
felicidad, porque ese día sabré que realmente me conoces.
Hey, si estás leyendo esto: no tengas miedo, soy bueno.
Nunca te voy a traicionar. De mí no tienes que temer. Fui un niño que creció
muy solito, por eso aprecio una compañía sincera y no sería capaz de defraudar
la confianza. Quiéreme. Yo me voy a dedicar, con toda la fuerza de mi corazón
remendado, a hacerte más feliz de lo que nunca hubieras imaginado. Aquí te
espero.
Atte: Pipe, el que decidió ser un niño eterno, el que está
marcado por el significado de su nombre: "creativo, sensible y egocéntrico.
Con los demás es simpático, comunicativo y amable".
Identificado 💯
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